Decía el maestro Milton Glaser que hay tres posibles respuestas a un problema de diseño: «sí, no y ¡guau!» Evidentemente, guau es el objetivo. Resolver la imagen gráfica para uno de los eventos festivos más importantes de una población es un reto que nos expone a la opinión de una comunidad entera, con toda su complejidad, riqueza y diversidad. No es extraño que, en este caso, el primero en decir «guau» sea el grafista cuando recibe el encargo. Siguiendo el ejemplo de Geppetto, ese personaje de Carlo Collodi que supo encontrar el alma de un pedazo de madera, dar vida a gigantes y cabezudos parecía una idea que podía tener recorrido, pero no quería hacer el típico cartel lleno de personajes y, por tanto, de ruido visual. De hecho, no me parecía interesante que toda la campaña comunicativa girara en torno a una única imagen estática y, contrariamente a lo que se pretendía, sin vida. Por este motivo no hice un cartel, sino diez. Quise enfatizar la condición popular de la fiesta con un estilo que recuerda las viejas xilografías con las que se editaban, antaño, las más humildes comunicaciones gráficas. Los colores, vivos y saturados, tienen la voluntad no sólo de transmitir vitalidad y energía, sino de facilitar la coherencia cromática entre las distintas comunicaciones.

Animación de Joan Thelorius.